Vivimos en un momento especialmente delicado por la crisis económica y en ocasiones crisis de identidad del individuo. Para ello soy partidario de auto motivarnos. La motivación es lo que me ha llevado a adentrarme en el reto de guiar y orientar a todos los usuarios de Empleo Directo.
Desde muy pequeño mis padres me han enseñado a caerme y levantarme y volverme a caer y volverme a levantar... Es mi manera de crecerme ante las adversidades. Algo que he aprendido en la vida personal y profesional es la diferencia entre lo bueno, lo mejor y lo excelente. En la vida si queremos marcar la diferencia en todo lo que hacemos es preciso transmitir pasión y entusiasmo en todo lo que hacemos y en el momento que nos ha tocado vivir hemos de redoblar este entusiasmo.
Por suerte he aprendido que en la vida para poder recoger primero tienes que sembrar. Es fácil esperar sentado e impasible a que nos venga por "arte de magia" el trabajo de nuestra vida, pero no esperemos milagros, tenemos que sembrar, tenemos que formarnos, estudiar, leer, aprender... Tenemos que detenernos un momento, detenernos en este carrusel que es la vida que no para de dar vueltas.
Pero además de estar motivados en todo lo que hacemos también nos tenemos que creer en lo que hacemos. Cuando hace casi dos meses pensé en crear un portal web sobre trabajo sabía que iba y voy a tener que hacer un esfuerzo denodado ya no sólo porque es preciso realizar un análisis minucioso y exhaustivo del mercado laboral actual, sino que también parto de relacionar las diferentes redes sociales y gestionara la oferta y la demanda laboral.
Ante todo motivación y afrontar cada día como si fuera un reto. No podemos esperar a que nos lo den todo hecho. Mi iniciativa nace con la voluntad de guiar y orientar a quien no sabe que camino seguir en el laberinto laboral actual.
Precisamente lo que creo que marca la diferencia respecto a otras páginas web de trabajo es la pasión y emoción con la que estoy haciendo. Un duro trabajo que no impide que esboce una sonrisa. También soy consciente que mi ayuda al prójimo va a ser de menos a más y poco a poco, así es como entre todos lograremos subir peldaño a peldaño y llegar a lo más alto de la pirámide.
Por ello me he reinventado a mis 36 años. Sigo labrando la tierra sigo recogiendo frutos, pero la sigo trabajando y mimandola, dejándola descansar para que en la nueva temporada se puedan plantar más semillas y después de cuidarla y mimarla nuevamente pueda ir recogiendo sus frutos.
Y es que ya que no podemos esperar a que acabe la crisis vamos a acostumbrarnos a ella hasta el punto que llegará un día (no muy lejano) en el que todas nuestras aportaciones servirán para remontarla eso sí, vamos poco a poco, paso a paso...